domingo, 17 de febrero de 2013

En Rusia quieren prohibir los besos en público para “luchar contra la homosexualidad”

HASTA DÓNDE VAN A LLEGAR EN RUSIA?


El alcalde Moscú, Serguei Sobianine, quiere prohibir que los hombres se besen en los lugares públicos de la capital, por considerar que esa histórica práctica rusa puede resultar “una incitación a la homosexualidad”, informa la publicación digital Aujourd’hui la Russie.
Conviene precisar aquí que, al menos desde el período soviético, en Rusia los hombres se saludan besándose y que se trata de un uso social bastante contagioso que, con el intercambio cultural propiciado por los viajes y los medios de comunicación desde finales del siglo XIX, se ha extendido también a otros países, por ejemplo Francia, donde es habitual que los amigos se besen al encontrarse y despedirse, y que también se implanta cada vez más en España sobre todo entre las últimas generaciones de jóvenes.

La decisión de la alcaldía moscovita – que, en un segundo paso, piensa ampliar la prohibición de besarse en público a las parejas heterosexuales, incluso aunque se trate de un matrimonio en toda ley- se ha producido coincidiendo con la votación en la Duma (la cámara baja), el 27 de enero de 2013, de la Ley de protección de la Infancia, que todo el mundo en Rusia conoce como “ley contra la homosexualidad”, y que prohíbe “las informaciones que puedan perjudicar su desarrollo armonioso, físico y psíquico”. Se trata de una ley que estaba en la agenda parlamentaria desde marzo de 2012 y cuya discusión se había retrasado varias veces.
La idea de legislar en contra de la propaganda de la homosexualidad anda rondando por la cabeza de Vladimir Putin desde su primer mandato presidencial: en 2003 ya se presentó un proyecto, retirado después del orden del día a causa de las interminables discusiones que generó, según recuerda el diario Monoskovskij Komsomolets. Entonces, los diputados, tras enrocarse durante semanas en la definición de homosexualidad, acabaron llegando a la conclusión que “como no era un delito desde el final de la era soviética no había lugar para penar su propaganda” aunque, que quede claro , ahora no es delito pero sí “desviación”: “Aunque las personas nacen con tal o cual preferencia sexual, el medio juega después un papel importante en el desarrollo de su sexualidad, en un sentido u otro”, dijo el 28 de enero de 2013, en las ondas de la radio Eco de Moscú, el politólogo y diputado del partido Rusia Unida (derechista y muy conservador, con mayoría absoluta en la Duma, presidido ahora por Medvedev y antes por Putin), Serge Markov, añadiendo que “en este contexto, la sociedad tiene que defender a los jóvenes que son particularmente influenciables”
De momento, la Duma, que alardea de defender las buenas costumbres y que ya había prohibido las celebraciones del “orgullo gay”, sin que venga a cuento porque lo que se está discutiendo es la ley de protección de los menores, ha propuesto una enmienda prohibiendo los abrazos y besos “prolongados” en las reuniones oficiales, informa la corresponsal de Rue 89 Nathalie Ouvaroff , a petición del diputado Alexis Kleshko, quien estima que esas familiaridades consumen demasiado tiempo y no corresponden a la tradición ortodoxa rusa: “Conviene evitar los besos al saludarse entre personas del mismo sexo, salvo que sean personas de la misma familia o viejos amigos”.
Basta, dice la periodista, echar una ojeada a los archivos de memorias y fotográficos de la historia de Rusia para comprobar que el triple beso en las mejillas forma parte de la tradición de la religión ortodoxa que, en su liturgia, el coro entona el credo y los curas y diáconos se besan tres veces; y en Pascua los fieles se besan y abrazan en la iglesia mientras entonan un aleluya. Para abundar más, los archivos del Partido Comunista, especialmente los de la época de Leónidas Breznev (1964-1982) guardan multitud de instantáneas del dirigente besando en la boca a sus colegas de las repúblicas satélites, e incluso a algunos jefes de estado extranjeros.
En caso de que se apruebe la propuesta del alcalde Moscú, a partir de enero de 2014 los hombres que se besen en la vía pública deberán pagar una multa, o pasar unos días a la sombra para evitar que, como dice Tatiana Makarova, quien preside el comité de educación en la alcaldía de Moscú, “los niños no necesiten que les den educación sexual en la escuela, les basta con mirar alrededor por la calle”.
Mientras un joven, interrogado por un canal de televisión, opina que “en Rusia las leyes están para transgredirlas” , Valeria Novogorodskaya, miembro de la opositora Unión democrática, escribe en la página Graani.ru: “Si no se trata de una broma, me dedicaré por principio a besar a todo el mundo en los lugares públicos, y animaré a mis amigos para que lo hagan también”.
El alcalde Sobianine, quien durante mucho tiempo ocupó la alcaldía de Tiumen en Siberia y después fue jefe del gabinete de Vladimir Putin, fue nombrado (no elegido) para la alcaldía de Moscú en octubre de 2011. Además de querer prohibir los besos en público también quiere reemplazar el asfalto por adoquines en cuatro millones de metros cuadrados de calles de Moscú. Solo que -lagarto, lagarto- su mujer es la propietaria de la empresa Aerodromdorstroï, que entre otras cosas fabrica pavimentos para espacios públicos.


TOMADO DE PERIODISTAS

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