ESTA MUJER POLICÍA LIBRÓ DURANTE AÑOS UNA BATALLA POR SU REINTEGRO A LA FUERZA POLICIAL PUES FUE SACADA DE ELLA POR SER LESBIANA.. HOY LA POLICÍA ACEPTÓ SU ERROR Y ELLA ESTÁ DE NUEVO EN LA FUERZA.. TAMBIÉN PODRÁ LEER AQUÍ LOS CASOS DE ALGUNAS LESBIANAS QUE SON EXITOSAS EN EL MUNDO
El regreso triunfal de la policía lesbiana
Famosas, lesbianas y luchadoras
El regreso triunfal de la policía lesbiana
por DANIELA
GUZMÁN
El sueño de la teniente Sandra Mora
de vestir el uniforme verde oliva comenzó en su infancia, durante su secuestro.
A los ocho años de edad, su mamá, María Betty, quien debía trasladarse por
cuestiones de trabajo al hospital de Puerto Carreño, Vichada, la dejó al
cuidado de una familia bogotana por un par de meses mientras ella terminaba
segundo de primaria. Lo que parecía temporal se convirtió en un secuestro
extorsivo de tres años.
Sandra recuerda, sin melancolía,
que durante el plagio fue llevada por temporadas a Cali, Pereira y finalmente a
Armenia, donde fue rescatada en una finca cafetera por el DAS y el F-2 a los
once años de edad. También confiesa que no estudió durante esos años y fue víctima
de algunos abusos de los que prefiere no dar detalles. Aunque apenas era una niña,
se prometió que trabajaría por ayudar a los demás y que no permitiría que nadie
volviera a abusar de ella. Así forjó su carácter firme y fuerte, aquel que dejó
en evidencia durante más de una década, tiempo en que luchó por su reintegro a
la Policía Nacional después de haber sido desvinculada por ser lesbiana.
La noche anterior a su reintegro,
Sandra Mora no durmió. Se levantó a las 4.00 a.m. pensando en que se le haría
tarde. Ese lunes 5 de septiembre estrenó uno de los cuatro uniformes que le
dieron de dotación. Once años después de su retiro, volvía a sentir la misma
sensación de cuando fue cadete, hace 18 años, y se puso por primera vez los
trajes de gala, las botas y el gabán que hoy atesora en casa de su padre. Se
maquilló con un poco de pestañina, lápiz y brillo en la boca.
La teniente Sandra Mora después de once años
volvió a usar el uniforme verde oliva.
La teniente ahora hace parte de la
Dirección Nacional de Escuelas, se preparará para ascender al grado de mayor y
recibirá los salarios que no le pagaron durante once años. Gracias a un fallo
del Tribunal Superior de Meta, Sandra volvió a usar una falda verde hasta la
rodilla, medias veladas y lustrosos tacones negros para ser recibida por el
General Óscar Naranjo, director de la Policía Nacional.
Es sábado, su primer día de
descanso después de una semana de reintegrada. La teniente Mora limpia la mesa
del comedor con un trapo blanco. Minutos después se sienta en un pequeño sofá a
contar su historia. Luego de su secuestro, Sandra retomó las clases para
aprobar el segundo grado. Comenta que era la alumna más grande del salón y que
desfogó su rebeldía en la danza, el baloncesto y el atletismo. En esos años
hizo parte de la infancia misionera y participó en el coro de la iglesia. Se
graduó del colegio en la ciudad de Villavicencio. En los últimos grados, trabajó
en el negocio familiar, un almacén.
Su primera inclinación fue por el
Ejército, pero para esa época no había mujeres en las filas de la institución.
Comenta que a su mamá no le gustaba mucho la idea. Prefería que su hija
estudiara una carrera como medicina. Después de un viaje a Medellín, se presentó
por primera vez a la Policía Nacional, pero no pasó el proceso de incorporación.
Mora no se rindió y seis meses después lo intentó de nuevo. Fue así como hizo
parte del curso 068 de 1993. Dice que lo más difícil de su formación fueron las
dos investigaciones y las presiones que sintió por su orientación sexual. Su
primer cargo luego de graduarse como oficial fue el de comandante de policía de
menores en Villavicencio.
La destitución llegó cuando era
comandante del aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, un punto estratégico
para el tráfico de drogas y la presencia de grupos armados ilegales. Allí tuvo
a cargo a más de una docena de policías. Mora recuerda a la perfección el 10 de
octubre de 1999, fecha en que el coronel Mario Gutiérrez Jiménez la citó a las
3.00 p.m. en su oficina. Le dijo que sabía de su relación con una piloto
comercial y que tenía que dejarla; de lo contrario, la acusaría de nexos con el
paramilitarismo y el narcotráfico. Sandra, molesta, le contestó que él no tenía
cómo comprobar sus acusaciones. No obstante, ocho meses después la teniente
Mora tuvo que abandonar las filas de la Policía.
A su regreso a
la Policía fue recibida por el general Óscar Naranjo.
Tiempo después, decidió buscar
ayuda para hacer cumplir sus derechos. Sandra escribió varias cartas a
distintos presidentes de la República y siempre recibió la misma contestación,
la cual provenía de la Policía. Resolvió acudir a la exsenadora Piedad Córdoba,
a quien en cinco páginas le narró su historia completa. Ella la remitió donde
una periodista de El Espectador para
que le contara su caso. De esta manera, el tema de la teniente lesbiana se hizo
popular. Sandra recuerda emocionada que Yamid Amat la entrevistó y el programa ‘Séptimo
Día’ le hizo un seguimiento durante varios meses para documentar su vida. En
medio de su lucha judicial tuvo que sobrellevar algunas crisis económicas y fue
víctima de explotación laboral. Sobre esto ella no da muchos detalles.
Mientras habla y mueve sus manos
con propiedad, cuenta que cuando perdió su investidura, trabajó en seguridad en
lugares como el Terminal de Transporte de Bogotá y en el supermercado Surtimax.
También ejecutó durante los últimos dos años algunos proyectos con la Alcaldía
Local de Chapinero porque, además de policía, es profesional en administración
de empresas. Así esperó el fallo que se dio el 25 de enero de 2011 y se confirmó
el 21 de agosto. Cuenta que su mayor apoyo fue Dios, su familia y la pareja con
quien comparte su vida desde hace más de una década. Pero la batalla de Sandra
no termina, ahora se enfrenta a algunas amenazas contra su vida que se han
hecho más evidentes durante su primera semana en la Policía.
Famosas, lesbianas y luchadoras
Dicen que
a la sociedad le cuesta hacerse cargo de que las mujeres puedan amar a otras
mujeres. Tal vez sea por eso que la visibilidad lésbica parece notarse menos en
los medios, en comparación con los referentes gays o trans. Sin embargo,
existen mujeres lesbianas y mediáticas que son ejemplos notables de visibilidad
y compromiso. A continuación, te proponemos una lista que reúne sólo a algunas
de ellas. No dejes de comentarnos y sumar a otras lesbianas famosas y
luchadoras.
Ellen DeGeneres
En 1997
Ellen salió del closet ante la prensa y también en la comedia televisiva que
llevaba su nombre. Actualmente, conduce un talk show (“The Ellen DeGeneres Show”)
que es un verdadero foro LGBT, y está a punto de producir una película con temática
lésbica. Acaba de ser elegida como celebridad gay por la revista “Out”.
Rosie O’Donnell
Entre los
muchos talentos de Rosie (comediante, actriz, cantante, conductora de TV), ser
madre de 4 hijos la define en su esencia. Cuando salió del closet, allá por el
año 2002, Rosie se presentó ante la opinión pública como “madre lesbiana” y
criticó los impedimentos del estado de Florida (USA) para que los gays adopten
menores.
Martina Navratilova
Nueve títulos
de Wimbledon, 18 títulos de Grand Slam y 167 títulos en individuales coronan a
Martina como la mejor tenista de la historia. Desde su salida del closet, en
1981, se ha convertido en una abanderada de los derechos LGBT, reclamando con
SU estilo frontal la igualdad legal para nuestra comunidad, lo que en su
momento le valiera el retiro de varios patrocinadores.
Jodie Foster
Luego de
15 años y un sinfín de rumores, la inolvidable protagonista de “El silencio de
los inocentes” decidió hacer pública su relación con la productora de cine
Cydney Bernarda, a fines del 2007, cuando recibió un premio de la revista “Hollywood
Reporter” que la consagraba como una de las 100 mujeres más poderosas del mundo
del espectáculo.
Cynthia Nixon
Tras 15 años
de matrimonio heterosexual, Cynthia se divorció y en 2004 reconoció su
homosexualidad. La actriz de “Sex & the City” ahora quiere casarse con su
novia, Christine Marinoni, una profesora y activista de los derechos LGBT. “Creo
que casarme con ella será un pequeño acto de rebelión”, ha declarado la actriz.
Jane Lynch
Su papel
de Sue Silvester en “Glee” le ha valido no sólo el reconocimiento popular, sino
también un Emmy y un Globo de Oro. Como su personaje, Jane es abiertamente
lesbiana y en mayo del año pasado se casó con Embry Lara, una psicóloga clínica,
en Massachusetts (USA).
TOMADO
DE: SENTIDO G
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