lunes, 9 de mayo de 2011

Emocionante discurso en contra de la prohibición del matrimonio gay en Minnesota

RESALTO ESTA NOTA PORQUE ES UNA BUEN PREGUNTA PARA AQUELLOS QUE HABLAN DE LA "NORMALIDAD" PARA EXCLUIR A LA GENTE DE SUS DERECHOS


¿Cuantos gays más tiene que crear Dios para que nos preguntemos de verdad si el Señor los quiere o no entre nosotros?

Con esta frase queda clara la postura del representante Steve Simon ante la decisión tomada ayer en el Comité Civil de Minnesota. El Estado norteamericano ha dado luz verde a la votación popular de una enmienda constitucional que prohiba el matrimonio entre personas del mismo sexo. Es decir, que mientras muchos otros Estados y países evolucionan hacia el aumento de derechos, Minnesota ha decidido elegir el camino contrario.
La proposición de esta enmienda se votó ayer en el Comité Civil y será en 2012 cuando se someta al veredicto de los ciudadanos. Entre los argumentos oídos a favor de la propuesta se encuentra, cómo no, el del obispo Bob Battle, que parece vivir en otro mundo en el que la cosa no va con ellos:
Sé lo que son los derechos civiles, y los gays de América tienen los mismos derechos civiles que todos los demás. Dios nos dio el matrimonio como un regalo para Adán y Eva.
Para que luego digan que los defensores del creacionismo ya son minoría. Tales niveles de demagogia barata y apestosa fueron el objetivo de Steve en el discurso que tenéis en la portada, utilizando los mismos argumentos católicos y religiosos fue capaz de rebatir con mesura y coherencia los argumentos (por llamarlos de alguna forma) utilizados para aprobar la enmienda.
Si es verdad que la orientación sexual es innata, que es Dios quien nos la da, ¿cuál es la fuerza moral de vuestro argumento? ¿Cuántos gays tiene que crear Dios para que aceptemos que, mientras vivan libremente sus vidas sin dañar a nadie, su condición es gloriosa, feliz, sagrada y a favor de los deseos de Dios?
Las personas que hoy han votado a favor de esta propuesta, en un futuro tendrán hijos y nietos que se sentirán muy orgullosos de su servicio al Estado de Minnesota, pero en este asunto no estarán tan orgullosos. Incluso se sentirán avergonzados, y con razón. Es algo que todos debemos pensar y afrontar en nuestra conciencia.
Más razón que un santo tiene Steve Simon. Su tono de voz y la forma en que expone sus argumentos dejan clara la decepción ante un sistema político que sólo sabe ir hacia atrás. Sólo nos queda esperar que la votación popular sea más acertada que la de sus retrógrados líderes políticos.

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